Espiritualidad

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LA ESPIRITUALIDAD DE JEAN GAILHAC

La espiritualidad de Jean Gailhac es cristocéntrica. El Padre Gailhac interioriza la forma de sentir, pensar y actuar de Jesús y lo refleja en su actuar con los más necesitados, así como en su forma de tratar con sus queridas hijas, las Religiosas del Sagrado Corazón de María. Su espiritualidad está enraizada en su sensibilidad hacia el afecto de su tiempo, que le afectan a lo largo de su vida y, especialmente, en su contacto con la Palabra de Dios. Poco a poco, una espiritualidad que lo acerca al Cristo compasivo expresado en la parábola del El Buen Pastor (Jn 10,1-18) surgirá en su vida. El Cristo que va en busca de la anciana perdida. Él Cristo que vino para que todos tuvieran vida. En esta perspectiva, Gailhac conoció la Misión RSCM: “La misión es conocer a Dios y hacerlo conocido, amar a Dios y hacerlo amado, proclamar que Jesucristo vino por todos”.

Según Jean Gailhac, es imposible realizar tal misión sin la integración entre fe y ardor. Siempre afirmó que el espíritu del Instituto es un espíritu de fe y calidez. La prueba de la fe es la visibilidad en la vida, en el trabajo, en la acción. Al dar estos dos elementos básicos para la espiritualidad RSCM, Gailhac insiste en el doble eje de la vida de Jesús: amor al Padre y amor a la humanidad. Un compromiso total con Dios y la entrega total de nosotros mismos a los demás se unen en una sola realidad.

Otra característica de la espiritualidad de Gailhac es la tendencia a encarnarla en la realidad. Es una espiritualidad que tiene sus pies plantados en la realidad, en la naturaleza, en el cosmos. Podemos decir que Jean Gailhac oye, ve, contempla, toca la realidad sufrida para intuir una visión y realizar una misión. Vive la experiencia concreta de la encarnación. Por eso, deja otro legado: “ESTAR EN EL CORAZÓN DEL MUNDO PARA TRANSFORMARLO”.

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